Des-Tapa2 Por El Mundo (Parte I): o como no perderse en el camino, y volver enteros

¡Salimos de Madrid! No nos cansaremos nunca de nuestra ciudad, pero de vez en cuando nos da por cambiar de aires, y que mejor forma de hacerlo que en Italia: sus calles, su estilo, el diseño, esos coches, la historia, y la comida... ¡¡LA COMIDA!!

A estas alturas de la película no nos vamos a engañar, nos gusta más comer que a un tonto un lápiz (nunca entendí bien el sentido de esa expresión, soy tonto y me gustan muchas más cosas que los lapices), y uno de los mejores sitios del mundo para hacerlo es Italia, concretamente para ésta ocasión viajamos hasta Roma.

La ciudad eterna, nunca mejor dicho; porque eterno se nos hizo llegar hasta el hotel aquella noche, eternas las caminatas que nos dimos buscando hasta el último rincón de la ciudad, y eternas las vueltas que dabamos a las cartas de los restaurantes donde comíamos y sobre todo cenabamos. Era el momento que realmente usabamos para descansar de todo el día, relajarnos y poder disfrutar tranquilamente de la comida.

Pero vayamos por partes, como Jack, porque comienzo a acelerarme y se me amontonan los recuerdos y aunque mis dedos son rápidos al escribir, mi cerebro es raudo como un rayo y estoy mezclando lugares y sensaciones en mi cabeza.

Recuerdo perfectamente como un sabado más, que no un día cualquiera porque siempre son especiales, estabamos comiendo en un mexicano (ahí fue donde descubrimos el uno del otro lo que nos gusta la comida mexicana y sobre todo el picante), cuando de repente mi compañero de aventuras gastronómicas y no gastronómicas, me propuso la idea de hacer un viaje. Días antes ya había lanzado alguna que otra indirecta, pero por aquella época se me hacía más fácil hacerme el loco y mostrar como que no me enteraba (el cuento ahora ya es otro, no se la cuelo).

Mi cara os la podéis imaginar, igual que un crío pequeño la noche de reyes, nervioso y expectante a la vez por saber destino, fechas, y sobre todo, porque se trataba del primer viaje juntos de muchos más que llegáron y están por llegar.

Roma fue la propuesta, y no tuve mucho que pensar; siempre había tenido ganas de ir, y ¡¡que mejor compañia que Elmo!!.

Los detalles de elegir el hotel, fechas, vuelos y demás me los ahorro; fueron unos días intensos de búsquedas y tardamos en elegir el hotel... ; a mi siempre me han tachado de "pijo", pero se de uno que lo es más, muuuuucho más.

Sin más dilación (que no dilatación)... ¡¡¡¡Des-Tapa2 en Roma!!!!

Como dije anteriormente, llegar al hotel se nos hizo un poco eterno (un aplauso por el sistema de transportes romano), y además complejo; pero fue ameno el trayecto entre "piramides" que están en Roma y las "momias" dormidas como "Tutankanon" que también son romanas; al igual que Australia, los koalas y las ruínas del "machupichu"... , no os preguntéis a que viene esto, no tiene mucha explicación.

Por la hora y debido a que estabamos ligeramente retirados del centro, dimos unas cuantas vueltas hasta encontrar un sitio donde cenar. Casí de casualidad y dudando de si nos servirían, encontramos un pequeño restaurante cercano a la ciudad del Vaticano: La Locanda di Eugenio. Tras bajar unas escaleras nos recibió la que sería nuestra camarera durante la noche, además del que presuponemos era el dueño o al menos encargado del local; con una sonrisa en la cara, enseguida se dieron cuenta de nuestra nacionalidad (lo llevamos escrito en la cara) y sobre todo del hambre que llevabamos. Ahora es cuando me estoy dando cuenta que nos dieron de cenar porque vieron que si no lo hacían sus vidas corrían peligro (debo aclarar que ninguno de los dos nos quedamos cortos cuando tenemos hambre, ¡¡que caracter!!).

Al lado nuestro estaba una pareja también española, y nos dijeron que la comida era buena y las pizzas estaban riquísimas. No se equivocaban lo más mínimo, encargamos dos pizzas: Margarita y no recuerdo el nombre de la otra. Me viene el olor ahora y no puede dejar de salivar, la masa fina, casera, los ingredientes frescos, la mozzarella de verdad... ¿que puedo decir?. Espectacular.

Salimos con una muy buena sensación, y con energía suficiente para andar la ciudad un rato más (ya serían las doce o más de la noche) antes de retirarnos a descansar para afrontar las caminatas del día siguiente. En ésta primera noche descubrimos que en el Vaticano también habitan gaviotas, pero más que eso parecían dinosaurios, el miedo que pasé a ser comido al hacerme la foto "tirao" frente al vaticano es para recordar... , si, me tiro en sitios emblemáticos para hacerme fotos (Tirao2018).

Aquí quiero comentar que el hotel lo escogimos con desayuno buffet incluído, para salir bien desayunados y no tener que entreternos en buscar lugares para hacerlo. Nada destacable, el típico desayuno de hotel sin nada excepcional, pero tampoco malo.

Primera mañana y los museos vaticanos, sencillamente impresionantes; no voy a entrar en detalles, por el momento no nos dedicamos a escribir sobre viajes; ¿quizá es un filón que deberíamos plantearnos explotar?, puede ser, pero aquí hemos venido a comer.

Se nos hacía tarde después de toda la mañana en el Vaticano y la caminata andando hasta el foro romano, por lo que callejeando entramos en uno de los miles de locales que hay por toda la ciudad con varias porciones de pizza a elegir. Nada destacable que comentar, una porción de pizza sin más, eso si, fruto del hambre titánica que llevabamos la deboramos como si fuera manjar de dioses (ya comenzabamos a transformanos en gladiadores). Aquí descubrimos la primera cerveza romana (birra): Peroni.


Y entre caminatas, perdernos y no dejar de sorpredernos a cada paso que dábamos, llegamos hasta la noche y para la ocasión ya habíamos descubierto al lado del hotel el típico restaurante de barrio que solo van los autócnos del lugar: Buona Forchetta.

Comida casera, de toda la vida, muy buena; canelones y lasaña, solo de pensarlo me entra un hambre atroz. Siempre el "des-memoria2" es mi compañero, pero debo reconocer que en ésta ocasión si no es por él, la segunda cena me la salto como un romano (estoy opositanto a guionista del club de la comedia, aunque sea para llevar los "cafeses"). Si recuerdo bien, lo que me gusta el bebercio, es la cerveza de a litro: Birra Moretti; tremenda botella de cerveza para cada uno, estos romanos si que saben hacerme feliz.



La transformación en gladiadores cada vez estaba más cerca de completarse, pero antes debíamos pasar por el foro romano. Ruinas, piedras, y más ruinas; fotos y videos a doquier, quiero volver a perderme por allí y creerme Julio Cesar de nuevo con el mundo a mis pies.

Sinceramente, tener el mundo a mis pies es lo que menos me interesa, pero volver, rotundamente si una y otra vez, sobre todo por la sensación de ir callejeando y de repente sentir que estamos en una película cuando al doblar la esquina nos encontramos con La Fontana di Trevi, y aun más porque mejor compañía no voy a encontrar.

No nos olvidamos de comer, pero en esos momentos es lo que menos preocupa, aunque el caracter se nos agrie; aún así comimos, y repetimos en un local de porciones de pizza pero ésta vez innovamos y además de un par de porciones, nos pedimos lo que parecía ser una super croqueta por no llamarla balón de fútbol. Es cierto que en cualquiera de estos locales sabes que son caseras y estan buenas de sabor, pero no son nada del otro mundo. El balón de fútbol, una masa rellena de algo que parecía arroz, que bien podía servir para adoquinar medio Segovia y replantearse un nuevo acueducto.

Aunque en ocasiones tienes la sensación de conocer la ciudad, por la de veces que hemos visto imagenes bien sea en películas o cuando hemos estudiado historia, como en programas o reportajes, en ningún momento deja de sorprenderte y tambien hay lugar para descubrir sitios desconocidos. Entre otros, y puedo parecer un tanto "superficial" vamos a llamarlo así, ¡¡descubrimos la tienda de Pinocho!!, todo tallado en madera, parece que algunas cosas a mano, tiene algo mágico que nos hace volver a ser niños. El pinocho gigante en la entrada para hacerte la foto tambien influye en volver a tener tres años. Visita obligada: Bartolucci.

No queremos hacernos pesados y aburrir al personal, por lo que corto y cambio, la semana que viene continuará. 

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